Introducción

El estudio de la historia ha sido parte fundamental de la formación de los niños y jóvenes porque les permite conocer la evolución de las sociedades humanas, los procesos de transformación que han experimentado a lo largo del tiempo, así como la influencia que la acción individual o colectiva de los hombres y de las mujeres ha ejercido en el devenir histórico. Así, a través del estudio de la historia, las nuevas generaciones adquieren conciencia de su ubicación en la sociedad y comienzan a comprender la dinámica de la vida social, las características de la comunidad y del país en el que habitan, y el lugar que estas entidades ocupan en el mundo. Desde el origen mismo de la educación pública en México, y aun antes, su estudio se ha considerado, además, como uno de los medios para formar el sentido de pertenencia nacional de los niños y jóvenes, y para propiciar su identidad con los valores cívicos y sociales de cada época. La importancia de estos propósitos ha variado a lo largo del tiempo y cada uno ha sido formulado con sus propios matices; asimismo, se han establecido distintas formas de organización de los contenidos de enseñanza.

A partir de 1993 –después de dos décadas en las que su estudio formó parte del área de ciencias sociales–, la historia ocupa un lugar específico en los planes de estudio de la educación primaria y secundaria. Al restablecer su enseñanza como asignatura específica se busca garantizar que los niños y adolescentes adquieran los conocimientos básicos acerca del pasado del país y del mundo, y que desarrollen las habilidades y destrezas intelectuales para ubicar y analizar información acerca de los acontecimientos, hechos y procesos histórico-sociales; es decir, que adquieran bases firmes para comprender y explicar las características de la sociedad de la que forman parte, para ubicar la importancia y las consecuencias de las acciones propias, y juzgar con mayores fundamentos las acciones de los otros. De acuerdo con el plan de estudios de la educación primaria, el estudio de esta disciplina “tiene un especial valor formativo, no sólo como elemento cultural que favorece la organización de otros conocimientos, sino también como factor que contribuye a la adquisición de valores éticos personales y de convivencia social, y a la afirmación consciente y madura de la identidad nacional”.

El programa tiene como eje el estudio de los problemas y retos que implica enseñar historia a los niños, y a partir de estos problemas se revisan algunos hechos o periodos de la historia de México, pero no es materia de este curso el estudio sistemático de la disciplina; en este caso se parte del reconocimiento de que los estudiantes durante su formación previa han adquirido conocimientos básicos acerca de la misma y que, además, han tenido oportunidad de repasarlos durante los cursos de La Educación en el Desarrollo Histórico de México. También es importante recordar que los estudios de licenciatura constituyen solamente la formación inicial y que a partir del interés, las inquietudes y las preguntas que se generen con los cursos de Historia y su Enseñanza, los estudiantes ampliarán por cuenta propia sus conocimientos acerca de la historia de la entidad donde viven y de nuestro país.

Este curso tiene como antecedentes los contenidos estudiados en las siguientes asignaturas: Propósitos y Contenidos de la Educación Primaria.